nació de la nada, casi como una flor, como una noche no hay nada y a la mañana siguiente, esta allí, radiante con sus pétalos esplendorosos. Así fue como nacio mi sueño y me persiguió, acurrucándose en los recovecos de mi mente, ocupando el lugar que la nada, antes ocupaba, hincando el deseo, hasta proyectarse en mi.
Somos personas primero, después sueños.
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